Hola, Mariangel.
En este haiku queda manifiesto el paso del tiempo. Un mismo instante se puede percibir de manera distinta según el momento: si somos niños el camino lo veremos corto y cuanto más mayores, más largo, siendo siempre el mismo camino.
Además ha quedado enfatizada la largura de ese camino con el primer verso, “noche de enero”, que supone caminar en la oscuridad y con frío, resultando el camino menos apetecible que en otras condiciones.

por el haiku!
