Petrus, muchas veces intentando mejorar nuestro haiku le damos tantas vueltas y tantos matices que finalmente terminamos escribiendo un haiku de escritorio alejado totalmente del aware que lo motivó. Lo digo por la experiencia, ya que muchas veces me he encontrado en esa situación. Una de las cosas que he aprendido es que si no transmite el momento que viviste, no es verdadero y eso lo aleja del haiku. La brújula que debe guiarnos ha de ser siempre el aware porque es eso lo que tenemos que transmitir. La economía del lenguaje nos obliga a elegir las palabras exactas para que el que lea el haiku pueda percibir ese aware.
A mí me ayuda mucho escribir unas líneas sobre el momento, identificando la sensación percibida. A partir de los elementos que registré y solo a partir de ellos, comienzo a darle forma al haiku. A veces, dejarlo descansar y retomar unos días después, es una buena idea. Comparto la experiencia por si te sirve.
