Reportaje a Vicente Haya II
Reportaje a Vicente Haya II
continuación...
--Nuestro ego nos impide ver la hierba.
--Exacto. Tendríamos que desaparecer para ser testigos de aquello que sucede delante nuestro. El buen poeta de haikus desaparece y se entrega generoso a la labor de recoger pequeños instantes de lo que sucede en el mundo.
--¿Y el malo?
--Se cree superior. Si un haiku nos impacta, es que es bastante malo. Un buen poema lo puede escribir un mendigo. No hacen falta metáforas ni grandes palabras.
--Las palabras pueden estorbar.
--Lo ideal para ellos es hablar no con palabras, sino con el hara.
--¿Quiere decir las entrañas?
--Con el centro vital. Las palabras no tienen nada que ver con lo que estás comunicando. Si eres capaz de percibir a la persona integral que tienes delante, y no solo una verbalización, encuentras soluciones donde el otro no las encontraba con palabras.
--Su concepto del yo es radicalmente opuesto al nuestro.
--Desde el punto de vista oriental, el yo es una tensión dentro de la creación. Se trata de armonizar con el mundo. Aquí decimos: "Yo soy yo porque soy diferente del mundo". Y eso mismo que te define, es tu causa de angustia.
--Pero a veces ellos se van al otro extremo.
--A veces se identifican tanto con su empresa, que su nombre pasa a ser Federico Mitsubishi o Pepe Sony. Así desaparece su yo. Ni nuestro yo occidental pétreo es bueno, porque chocamos y no paran de saltar chispas, ni tampoco lo es su yo inexistente.
--¿Qué más ha aprendido de Ja- pón en los últimos años?
--La modestia. He vivido con monjes budistas, con ancianos, con amas de casa, con muchos estratos sociales que me han enseñado el Japón real. Y su gran enseñanza es la modestia.
"No busqueis la verdad.Contentaros con no tener prejuicios" Maestro Kanchi Sôsan