Mayo 2019. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Colaboraciones del profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala, profesor jubilado de Filología Hispánica de la Universidad de Sevilla, autor del famoso libro "El haiku japonés" (Ed. Hiperión).

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Mayo 2019. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por grego »

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Hola amigas y amigos del taller.
Como siempre, es un lujo contar con la publicación de los artículos del profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo.
En esta ocasión nos trae un tema entrañable, el de los apodos o motes, que recordamos de nuestra infancia en el colegio o los que procedemos de pueblo, donde se utilizan con frecuencia.
En su texto, Fernando nos habla de los apodos de dos grandes maestros del haiku: Bashoo e Issa.
Me parecen muy interesantes todas las explicaciones de las palabras utilizadas así como la referencia al camino del haiku y sus inclemencias. Una buena reflexión final sobre la importancia del trabajo y la disciplina en este camino.
Muchas gracias, Fernando, por esta nueva colaboración que tan generosamente nos entrega para nuestro aprendizaje.



APODOS DE CATEGORÍA


Los japoneses son muy dados a cambiar de nombre, e incluso de apellido (esto último, por una adopción, o por alguna militancia o patronazgo, o por una boda…). Cuanto más, pueden cultivarse allí los apodos (vulgarmente, “motes”) o los pseudónimos, por razones familiares o de prestigio cultural.

Nada extraño debe parecernos todo ello, ya que nos es fácil recordar motes que siendo niños poníamos a nuestros “profes” del “cole”. Me vienen, pues, a la memoria motes como “el mosquito, el caraculo, er tíshe (profesor de Inglés; versión casera de “the teacher”), el tintero, (Fulano) el de las cavernas…”

En el dominio del haiku, que es todo viveza y espontaneidad, no faltan ejemplos. Voy a citar dos de categoría, sobre todo por la relevancia de los poetas que reciben sus respectivos apodos. Me refiero a dos clásicos de primera línea: Bashoo e Issa. En ambos casos, los apodos de cada uno los conocemos por sus mismos haikus.

Es bien conocido el de Bashoo, como “tabibito” (2) o ‘caminante’, y brota de su siguiente haiku (1):

tabibito to
waga na yobaren
hatsushigure
- Bashoo

“El caminante”
van a llamarme a mí.
Primeras lluvias.

-tabibito: compuesto nominal de “tabi” ‘viaje, camino’ y “hito” ‘persona’: ‘viajero, caminante’.
-waga: equivale a nuestro adjetivo posesivo de 1ª persona: ‘mi’.
-na: nombre –en este caso, apodo-.
-yobaren: verbo “yobu” llamar, en forma antigua, entre pasiva y desiderativa, equivalente a ‘me llamarían’ u ‘ojalá me llamen’. El profesor Oseko Toshiharu, especialista japonés en Bashoo, lo traduce al inglés así: “I would like to be called”.
-hatsu: ‘primero(-a)’; y “shigure” ‘lluvia invernal’.

En suma: remontándonos a aquella época (fines del s. XVII), en que los viajes solían hacerse a pie o a caballo, y ante la presencia de las primeras lluvias que presagian el invierno, la palabra “caminante” puede transmitir la justa idea de una persona que muestra constancia y tesón, especialmente ante la adversidad de unas lluvias frías al descampado. El “caminante” es, pues, toda una categoría, muy acorde con el camino del “haiku” o “haikai no michi” (3), tal como lo preconizaba el mismo Bashoo: camino que condiciona la existencia entera del poeta, como persona comprometida con la naturaleza, sin escatimar sacrificio.

Un siglo largo después, el también haijin Issa nos informa de un posible apodo con el que pueden llamarlo. Veamos su haiku (4):

mukudori to
hito ni yobaruru
samusa kana
- Issa

El estornino
van a llamarme a mí,
y…¡cuánto frío!

-mukudori: estornino, pájaro cuyo nombre en inglés revela el color gris de su plumaje: grey sterling. Su coloración predominantemente gris sugiere pobreza cromática, y acaso connota indefensión ante el frío. Aplicado a una persona, “mukudori” puede significar ‘patán, palurdo’.
-hito ni: por (las) personas; significando el agente del verbo pasivo.
-yobaruru: verbo “yobu” ‘llamar’, aquí en forma cercana a la actual pasiva –que es “yobareru”-. Significaría ‘voy a ser llamado por la gente’.
-samusa: sustantivación del adjetivo “samui” ‘frío(-a’.
-kana: exclamación final: palabra de cesura o “kireji”(5) de cierre. Convierte en exclamación a la palabra precedente. Traducimos este verso final como “y…¡cuánto frío!”. No solo se refiere al posible frío del ave, sino también al frío interior del poeta, al ser motejado de “mukudori”.

La estructura de este haiku es muy pareja a la del recién citado haiku de Bashoo, hasta el punto de hacernos pensar que Issa conocía el haiku del gran maestro, y quiso hacerle un homenaje. Considerando a Issa como buen seguidor de aquel “camino del haiku” que inaugurara Bashoo, apreciamos que la lección del maestro ha sido asimilada por su destacado discípulo.

El camino del haiku no siempre es un sendero de rosas. El amor a la naturaleza también en ocasiones reclama un espíritu esforzado, para poder cantarla dignamente aun en tiempos de crudeza. Incluso los apodos son aquí elocuentes.

Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala. Universidad de Sevilla.
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hadaverde
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Re: Mayo 2019. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por hadaverde »

Fernando, muchísimas gracias por este nuevo artículo, muy ameno y con un tema tan curioso y al vez tan familiar como es el de los apodos.

Un afectuoso abrazo.
Tarsis
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Re: Mayo 2019. Artículo de Fernando Rodríguez-Izquierdo

Mensaje por Tarsis »

Gracias, hadaverde, por tu atenta lectura y amable comentario. Todos aprendemos algo cada día y, en nuestro caso, el haiku siempre alberga mucha riqueza para darnos. Fernando
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