grillo
grillo
haiku meramente descriptivo
el grillo canta-
y al pasar por su lado
el grillo calla
Salud
el grillo canta-
y al pasar por su lado
el grillo calla
Salud
Compañero Barlo, efectivamente, el fenómeno que planteas sobre el grillo cantante y el grillo silente resulta harto frecuente(disculpa la rima), pero no por eso viene mal de vez en cuando realizar una descripción del proceso. Como estoy en una situación de aprendizaje, te quería preguntar sobre la compatibilidad del haiku y la repetición, en este caso "grillo", es una figura, que en otro tipo de poesía me agrada mucho leer y utilizar y desearía saber si en esta puede usarse y en caso afirmativo ¿cuando?. Gracias.
Salud
Manuel escribió:Compañero Barlo, efectivamente, el fenómeno que planteas sobre el grillo cantante y el grillo silente resulta harto frecuente(disculpa la rima), pero no por eso viene mal de vez en cuando realizar una descripción del proceso. Como estoy en una situación de aprendizaje, te quería preguntar sobre la compatibilidad del haiku y la repetición, en este caso "grillo", es una figura, que en otro tipo de poesía me agrada mucho leer y utilizar y desearía saber si en esta puede usarse y en caso afirmativo ¿cuando?. Gracias.
Lo que planteas es una cuestión literaria, filológica, por cuanto sería necesario conocer la lengua original, el japonés, para poder establecer el uso y el enfoque de dichos elementos o figuras (como aquí decimos, retóricas) dentro de la naturaleza del haiku clásico, en japonés. Porque tengo entendido que desde otras perspectivas más innovadoras, esos y otros elementos se ensayan con más o menos fortuna en el mundo del haiku anglosajón. Pero centrémonos en el haiku clásico porque es al que tratamos de ajustarnos en un sentido pedagógico (como camino de aprendizaje, buscando las raíces que sostienen a la(s) flor(es) del haiku).
La traducción al castellano (tal vez también en otras lenguas), ha favorecido en alguna medida la introducción de dichas estructuras dentro del haiku occidentalizado. Pero si nos remitimos a Rodríguez-Izquierdo y a su tesis doctoral “El haiku. Historia y traducción”, editado en Hiperión, vemos que un poeta como Seisensui (nacido en 1884), muy innovador desde las estructuras no ya del número de sílabas sino también desde la originalidad de sus composiciones, utiliza la reiteración y el paralelismo (recordemos que en nuestra tradición literaria se denomina anáfora y paralelismo a las dos formas principales de repetición dentro de la estructura poética) en sus composiciones. Y decimos “composiciones” porque no está tan claro para algunos entendidos que sean haiku, haiku (no seremos nosotros, menos éste servidor, quien se atreva a juzgarlos je je je).
Un buen ejemplo seria:
Hibari / tenjoo / de / naki
daichi / de / naki
nakinagara / nobori
Canta en los cielos la alondra,
canta en la tierra
remontándose al cantar
(Seisensui)
De él dice Rodríguez Izquierdo, que siendo un verso irregular en cuanto a sílabas japonesas (nueve-seis-ocho) es cuestionable su inclusión en el enjuiciamiento como haiku (recordar que en el haiku clásico la palabra de estación o la estación concreta es fundamental; más todavía que la palabra de cesura o kireji). Al parecer la repetición aquí apunta más bien a una imitación que sugiere el ritmo del insistente canto del ave.
Con lo cual ya parece que tengamos una primera aproximación al asunto y que al fin y al cabo no lo aleja tanto, en principio, de nuestro uso habitual en poesía, aunque bien es cierto que en nuestra tradición la anáfora y el paralelismo sirven para otros propósitos nemotécnicos; pero el caso es que en el haiku presentado parece servir de eco, de resaltar “literariamente” una onomatopeya.
Lo que debemos distinguir es el uso que se hace de esos recursos desde la poesía occidental y desde el haiku, porque ahí está la gran diferencia, y que en palabras de mi querida amiga Mª del Mar Ordóñez, la repetición en el haiku debe ser modelo de observación y plasmación verbal, del ritmo, del sentido que le demos a la repetición, porque de ello dependerá que llenemos el vacío (la intuición) o que por otro lado lo carguemos demasiado y pierda efecto. De ahí que la repetición como figura en occidente su sentido sea eminentemente literario, es decir, inyectado desde el exterior, siendo el autor quien pretende ser el donante de sentido.
Otro ejemplo sorprendente, también de Seisensui es
Kodama
“Ooi” / to / sabishii / hito
“Ooi” / to / sabishii / yama
Eco
“Eh...y!”, llama el hombre solo.
“Eh...y!”, responde la sola montaña.
Dos versos de diez sílabas, con una titulación de tres. Algo totalmente ajeno al haiku clásico. Pero no hay verbos en el original. Aquí nos dice Rodríguez que la oposición “llama-responde” parece estar sugerida en el paralelismo de los dos versos del original.
Lo que te decía, hay que ser filólogo para entender estas y otras peculiaridades de una lengua; no digamos si es extranjera.
Espero que haya podido ayudar en algo. Y sobre todo no haber aburrido
Salud
Última edición por Barlo el 20 Oct 2006, 19:42, editado 1 vez en total.